Los días soleados hacen inerte mi existencia, convirtiéndome en escritura.

Definitivamente tengo un síntoma traumático-emocional a las estaciones.
Quisiera ser daltónica para no ver el autobús que me llevó hacia ti.
Quisiera ser más miope aún para no ver los carteles de los autobuses que tienen como destino tu tierra y mi tierra querida juntas.
Quisiera estar sorda para no escuchar cada segundo "salida en 5 minutos, con destino......, andén 23".

Inconscientemente mi cuerpo siempre se dirige a ese banco.
Veo las tristes despedidas de las parejas y familiares, de miradas que se separan por un largo tiempo, con maletas llenas de recuerdos materiales; y también miradas que se despiden para siempre, de abrazos tan fuertes que traspasan los cuerpos formándose solo uno.
Esto es lo que echo de menos, porque no lo hiciste conmigo.

Solo quiero dejar un punto bien claro:
Fui yo la que se recorrió en una noche medio país para verte, descubrirte, sentirte y ampliar el bonito recuerdo de esa ciudad.
Fui yo la que estuvo un día entero sola, en un lugar desconocido, sin saber que hacer, adónde ir, perdida en la bahía, intentando encontrar el camino de vuelta, y sentarme en el sillón, muda, pero ardiendo por dentro de ira.
Fui yo la que, desesperada, se acostó en tu cama esperando escuchar la puerta y salir corriendo, empujándote al suelo, y dejarte tirado como te merecías.
Fui yo la que tuve que aguantar tus mentiras, cerrando los ojos, haciéndome la dormida.

No te reprocho nada, porque no te voy a ver más en mi vida,
pero no vengas con cuentos cuando no fuiste capaz de vivir la historia.


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