Entradas

Mostrando entradas de abril, 2016
He estado tanto tiempo acostumbrándome a estar sola que cuando abro los brazos, no sé como hacerlo. No sé si al abrazar me apuñalarán por detrás, o me tirarán a l suelo. Pienso que todo el mundo que se acerca a mí quiere hacerme daño, siempre estoy alerta al mínimo movimiento para esquivarlos y huir. Me creé mi propio mundo, intolerante a los sentimientos, reprimiendo cada emoción positiva y negativa. Absolutamente neutral. Y ahora no sé como salir de aquí. Sé que me volverá a pasar, que me saltaré las reglas y volveré a sentir. El problema será que cuando lo haga, se abrirán aun más todas mis grietas interiores, le saldrán flores a mi tubérculo bombeante, pero no podré controlar las mangueras de riego; y siempre acabo desbordándome.
Estoy cansada de artistas de bragueta fácil y sin sentidos de bohemios que te regalan las nubes, una canción y salen corriendo, de chicos que te follan una vez a la semana para no hacerte daño. Estoy cansado de ser el segundo plato nocturno cuando el primer plato te ha sabido a poco y sacias tu hambre con mi cuerpo dejándome los restos del primero. Les dices que te gustan y te responden que no es buena idea pero vuelve el calentón de su entrepierna a aparecer por la puerta con un hola de madrugada con orden de respuesta con un "me apetece verte" que no tiene otra intención que lo de abajo comerte. Estoy cansada de poetas que le escriben a su musa y se acuestan con cualquiera y ahí estamos nosotras calladas como putas para no joderles el poema. Estoy cansada de que siempre que aparece el amor mi corazón se tenga que hacer el muerto. Mi único error fue no mandar a la mierda a tiempo pero sois como los cocodrilos que se recuestan en el fango y les resb
Imagen
Recordaré el ultimo paseo sin retorno, en el que entre lágrimas me despedía de esas calles  que con ilusión crucé y nunca regresaré. Cerca de las vías, donde pensaba que todo empezaría, y al cruzarlas se acabaría la ilusión de otro que pudo haber sido y no lo fue. El tren paró en otra estación que como siempre no era la mía. Perdí el sur, minutos que desgasté en la tierra por estar en el mar más doliente, el de las dudas, siendo yo la única flotante. Volveré a ser una errante, un ave de paso en un mundo de brisa de esperanza inexistente, cuerpos andantes en busca de conseguir el placer del manjar canibal, el sexo, y la sed. Muriéndome de hambre.