Fuimos equilibristas en la misma cuerda entre las nubes,
pasando por la cuerda a través de las manos.

Hasta que llegamos al mismo punto,
nos miramos,
y en tus ojos no me vi reflejada.

Por eso decidí soltarme de la cuerda y caer al vacío,
para no molestar en tu camino,
y que llegaras a tu destino, al que siempre has querido.

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