Y continuaron despertándose los recuerdos.

Mientras esperaba tu llegada,
a lo lejos veía pequeñas velas voladoras,
dirigiéndose hacia las estrellas que iluminaban esa noche la ciudad,
como las estrellas en mi techo,
y las que tenía guardadas para ti.

Intenté descubrir que es lo que guardabas en los lunares de tu espalda,
tenías lunares rebeldes,
aparecían cuando ya había cerrado la constelación.
Innumerables.

Solo quedó el recuerdo de Coldplay, cigarros aliñados, 
y mis nubes extrañas.
Que desaparecieron contigo, que huyeron sin mí.

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