Puede que nuestras mentes no se echen de menos.
Quizás solo la mía.
Pero nuestros cuerpos, cuando se reencuentran, 
vuelven a desgastarse y romperse, 
y se encajan a la vez.
Será que con el tiempo el desgaste resiste,
o que no nos da tiempo a desgastar(nos).


Dicen que el roce hace el cariño y el desgaste.
Es lo bueno del paso del tiempo entre polvos,
somos tan raros que ni una cosa ni la otra.
Inertes sentimentales. Activos sexuales.
Y así nos va.



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