El amor es como las canciones.

Si te obsesionas con una canción, escuchándola a todas horas, todos los días, al final la aburres, dejarás de escucharla, y la olvidarás.

En cambio, la que llega en el momento exacto y te emociona, aunque pase el tiempo y vuelvas a escucharla, volverás a emocionarte otra vez. No será la misma emoción, pero no la aburrirás.

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