Nunca se me ha dado bien jugar a las cartas,
mi adversario siempre ha hecho trampa,
quedándose un as en la manga.
Lo mismo con el amor.
He jugado mis cartas buenas, y te las has llevado,
dejándome sin nada.

Y al final ni carta, ni juego, ni ganas de volver a barajar.

Comentarios

Entradas populares de este blog