Cuando voy perdiendo las fuerzas, cuando se me nubla la vista, cuando mi corazón descontrolado palpita sin cesar, caigo al suelo, como una pelota sin elasticidad; en seco. 

Y no siento nada, solo voces alrededor gritando mi nombre, pero el resto de mi cuerpo se queda inerte, sin fuerza de movimiento, sin ningún envío de información para volver a ser consciente.

Esta vez ha sido diferente; me he despertado de la terrible pesadilla, solo era un sueño, un sueño que a veces se hace realidad. Puta pesadilla, puta realidad. Y no hay nada para evitarlo. O quizás si, no pensar demasiado.

Comentarios

Entradas populares de este blog