¿Y quien cojones es ella?

Ella es la chica más atípica que he encontrado dentro de mí,
la chica de la que nunca te has de fiar,
ni de sus ojos,
ni de su seriedad,
ni de sus lágrimas de cocodrilo,
ni de su risa;

si ríe, está llorando por dentro,
si llora, te está dando pena,
si está seria,
huye,
no trama nada bueno en su cabeza,
en sus ojos esconde tristeza, pesimismo y locura,
peor que Allan Poe.

Si no habla, está encharcando de agua y sangre su interior.

Ella es la chica que aparenta seguridad,
pero es una desordenada mental con peligro de derrumbe,
lo mismo ríe,
que llora,
que golpea,
que acaricia,
lo mismo te habla que pasa de ti,
desaparece cuando no la esperas.

Ella es la chica que odia el rosa,
los tacones,
y los piropos;
prefiere que la manden a la mierda y la pongan a prueba,
que estar pendiente de ella.

Nunca te creerá cuando la piropees,
ni cuando le digas cosas buenas,
ni cuando la quieras enamorar,
siempre ha sido de esas chicas de las que ellos no se enamoran esa noche en el bar,
es de las que te tira la cerveza encima,
se ríe, la miras,
y ya empiezas a odiarla.

Ella es la chica que cuando le ofreces la mano,
te coge un dedo para que no te quedes,
pero ella, en cambio,
ofrece más que su mano para agarrar,
para que cuando la agarren,
la desgasten y pueda mudar la piel otra vez,
aunque siempre hay alguna huella dactilar resistente con tiempo indefinido,
y tiene que utilizar más alcohol de lo normal.

Ella simplemente es una filofóbica con un cierto pasotismo ilustrado.
Es la causa por la que está siempre sola,
es su excusa para estar sola.

Ella,
siempre adentrándose en su mundo donde todo es oscuridad, tristeza y melancolía,
y todos piensan que es su vida real,
(bueno, tiene gran parte de ello)

Ella es la chica con millones, trillones de rarezas interiores,
algo arisco entremezclado con cariño,
pero sobre todo,
muy pesimista.

Ella es uno de los terribles desastres naturales,
con la mente más fría que un asesino,
de esas chicas que analizan cada milimétrico paso que las personas dan hacia ella,
para dar los mismos hacia atrás.

La investigadora de causas próximamente perdidas por su trauma compulsivo hacia la verdad.

Ella es de esas chicas de las que no hay que preocuparse,
que no quiere que nadie vea el lado malo de sus cosas,
ni compartir el agua salada que se desborda hasta su boca.

Ella no llora lágrimas, sino suspiros,
de los que te tambalean y te dejan sin respiración.

Ella es de esas chicas que nacieron con la desilusión ya incluida en la caja pectoral,
que camina a base de clavos,
de las que le crecen lunares y no es de contar estrellas.

Ella...
Ella es nadie,
nada,
no,
nunca,
Nuria.

Ella,
tan sentimiento poco recíproco y demasiado impersonal,
no ha conocido nunca la acción de los verbos copulativos,
solo copulativo-tóxicas.

Ella,
no es nadie.
Es solo un concepto.

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