Capitana marinera,
conociste a varios tritones,
de esos que dicen te quiero y utilizan su tridente como ancla para que no descubras islas perdidas.

Siempre escogiste a los más amables,

y a los que te arrancarían después todas las escamas para que al anochecer,
no te adentraras en las profundidades y buscaras tu medio de escape.

Menos mal que la naturaleza te acompaña,

dándote una gota de mar en la mirada para que se aclarara con el paso de los años.

Capitana marinera,

eligiendo su destino alzando el dedo mojado para que le guíe el viento.

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