A veces evito mirarme al espejo para seguir recordando aquel cuerpo esbelto y joven de los 20, seguir recordando aquella libertad, aquellos días de irresponsabilidad.

Pero cuando me despisto, miro mi rostro marcado por el pasado, las arrugas que se van marcando, este cuerpo demasiado cerca de los treinta, estas desganas por lo nuevo por miedo a que se me acabe el tiempo.

Ahora tengo más miedo que antes, más dudas que antes, más inseguridades, más responsabilidades, más, más, más... oscuridad.

Comentarios

Entradas populares de este blog