¿Alguien, alguna vez,
se ha preguntado por qué los tiempos imperfectos de los idiomas son simples, recordables, fáciles,
y los perfectos tan complicados, con tantas variantes, tan difíciles de memorizar?

Supongo que los gramáticos en su intento en vano de la perfección
al no conseguirlo,
añadían más variantes y más excepciones,
o quizás no eran correspondidos y para superar su frustración
crearon terminaciones parecidas en los pronombres "yo" y él/ella",
que fueran diferentes a los demás,
que estuvieran tan cerca como ellos estaban lejos de "él/ella"...

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