Y mientras las luces iluminan

ahí sigue la luna,
siempre presente todas las noches, 

siendo o no oscuras,
mostrando su lado más lumínico, 

dejando lo oscuro para sí misma.

Luna, llena de cráteres,
golpes del tiempo que poco a poco la deshacen
sin que nadie lo perciba.

Tanto escriben de ti,
y luego tanto te olvidan cuando encuentran otra luz a la que acudir.

Luna,
siempre habrá alguien que te mire diferente,
y preferirá tu luz en su oscuridad,
en sus estaciones,
que una luz de verano candente.

Quizás, solo quizás,
alguien se enamore de tu luz indefinida
y deje de desear las estrellas fugaces.



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