Yo,
que desde hace tiempo soy ancla de los barcos a la deriva
no quiero más barcos hundidos
por el fracaso de querer y no ser correspondido.
No quiero más deshechos en mi pecho
que oxidan el movimiento,
que bloquean el engranaje del tubérculo bombeante.
Yo,
que desde hace tiempo soy ancla,
estoy deshaciéndome de infelicidades pasadas
para poder flotar en el agua
y dejarme llevar
por las olas ondulantes del océano;
otro mundo que no tiene nada que ver con el nuestro.
Yo,
que desde hace tiempo soy ancla de carne,
quiero ser hierro
para ser dura y fuerte en las tormentas
y encontrar tierra firme en alguna isla desierta.


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