Hay dos tipos de personas:
las que están destinadas a estar con alguien
y las que están destinadas a estar solas.
Las personas que son elección
y las personas que son duda.
Y luego hay infinitas variantes, de excepciones, entre todas ellas yo. Yo soy del tipo de personas que quieren estar destinadas a estar con alguien y no puede, una ilusionista reprimida que no sabe lo que hace mientras otros se marchan y encuentran a la chica de su vida. Siempre seré la duda, la que no quieres dejar porque hay algo que engancha pero no ven más allá de ello, no puedo darme a conocer, no me dan la oportunidad de hacerlo,
por eso
tengo miedo.
Tengo miedo de desnudarme,
de que alguien más sepa la historia de mi vida y se marche.
Tengo miedo de darme a conocer y que no me entiendan,
de querer y que no quieran.
Tengo miedo de pensar en alguien porque se que luego no se cumple,
de descubrir algo diferente que me marque
y no pueda olvidarle.
Tengo miedo de darlo todo y quedarme sin nada,
Y la coraza ya no me aguanta.
Creo que no me lo merezco.
No merezco que me utilicen, que me engañen, que duden, que me humillen, me vacíen y después hagan vacío.
No merezco que golpeen, que abusen, que me desprecien.
Nadie se lo merece.
Creo que después de todo este tiempo en el que he intentado facilitar el descubrimiento de mi esencia, utilizándolo ellos en mi contra, me merezco, aunque sea un poco, que sea la elección y no la duda.

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