Creo que ya es hora de abrirme en canal
y dejar volar a las mariposas escondidas
que se alimentaban de los gusanos muertos en el intento.

Creo que ya es hora de utilizar el abono
que crearon las flores muertas de mi cementerio interior
para que vuelvan a crecer raíces otoñales de los sentimientos renacidos.

Creo que ya es hora de dejar de contar estrellas con luz muerta
y creer en las fugaces
que nos llenaron de magia desde esa noche en el mar.

Creo que ya es hora de dejar que fluya sangre y amor en mi interior
y dejar de desangrarme
con las cicatrices adictivas a hurgar cuando todo va mal.

Que el dolor de estómago sea de risas
que la falta de respiración sea porque tú me lo inspiras
que pueda caer desde el precipicio sin tener que cerrar los ojos.

Caeremos siempre en el intento
pero creo que ya es hora de dejarme caer desde lo más alto
para disfrutar más tiempo de la caída
y nos de tiempo a provocar un huracán
con tus ojos tierra firme y mi gris aire,
que nos alce otra vez a la cumbre.

Tú,
que en tu destino tienes la carta del mundo,
déjame caer en el tuyo.

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