Tengo un virus a estómago abierto que ha destruido todas las crisálidas que se habían creado en mí a partir de tu llegada.

Tengo un parpadeo descontrolado en mi ventrículo derecho que está dejando sin oxígeno al izquierdo para que no sufra lo que está viniendo.


Tengo un intestino demasiado largo para lo poco que como desde que la frustración llegó a mi aparato emocional

y ha bloqueado las puertas de esta inexistente mejoría.

Tengo unos ojos demasiado vacíos para lo mucho que ven,

una boca demasiado seca que a veces no percibo,
un oído sordo de oprimir los gemidos,
tengo todo infectado,
y nada para poder curar.

Tengo la salud en lista de espera

el corazón ingresado por rotura en lista de emergencia.
Y ningún médico en la sala.

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