Era una sentimental
sin-ti-mental
mentalmente inestable,
lo que le provocaba delirar en su imaginación,
creando momentos que no se realizarán nunca
pero deseándolos a cada momento por si una noche, sin esperarlo,
pasaba una estrella fugaz por su ventana,
o por su cama,
y se cumplía sus fantasías.

Pero su manía de querer sentir por alguien para descubrir lo que tenía dentro de sí
le hacía vivir en un mundo paralelo donde dolía menos,
pero locurizaba más.

Su manía de indagar en la profundidad de la mente le hacía perder la suya.

Dos años da para una decena de universos paralelos,
en los que la querían con locura,
que el sin ti, era contigo,
que el allí, era aquí, ahora,
que las bocas temblaban,
las piernas gemían del crujir que provocaba el movimiento,
no estábamos limitados al tiempo del comienzo ni de la despedida.

Tantos universos paralelos,
y he despertado de todos.


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