La sirena que cortó su cola y su melena volvió al mar,
a encontrar las ganas de bucear en el mar de dudas,
buscando la caracola que guardaba el eco de la certeza,
y superar el miedo al agua desde que constantemente se le llenaba de mar su lagrimal.

Ya no llora,
solo debajo del agua,
provocando olas con recuerdos que quieren agarrarse a la tierra,
pero la marea no les deja.

Ella sigue siendo ola,
que no sabes si va, 
o viene,
o vuelve,
solo se sabe que no se queda.

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