Se ha ido.
Decidimos cerrar nuestra conexión
borrar el historial de conversaciones llenas de ilusión
horas perdidas en el ordenador
sonrisas efímeras que alteraban mi palpitación
silencios cómodos centrados en los ojos.
La cantidad de letras sin sentido
disminuyeron conforme éramos conscientes
de las horas que nos separaban,
de las desganas que aumentaron
cuando fui consciente
de que eras la persona perfecta en la distancia equivocada.
No era consciente cuando me abrazabas
cuando me tocabas donde más me irritaba
y a la vez me hacía reír a carcajadas.
Ser consciente,
no quería serlo,
no hubo otro remedio.
Decidimos cerrar nuestra conexión
borrar el historial de conversaciones llenas de ilusión
horas perdidas en el ordenador
sonrisas efímeras que alteraban mi palpitación
silencios cómodos centrados en los ojos.
La cantidad de letras sin sentido
disminuyeron conforme éramos conscientes
de las horas que nos separaban,
de las desganas que aumentaron
cuando fui consciente
de que eras la persona perfecta en la distancia equivocada.
No era consciente cuando me abrazabas
cuando me tocabas donde más me irritaba
y a la vez me hacía reír a carcajadas.
Ser consciente,
no quería serlo,
no hubo otro remedio.
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