Llamas.
Llegas.
Comienza la batalla.


Nos miramos,
parados,
en la habitación.

Tu señalas,
yo callo,
tu hablas,
yo te miro,
tu alzas la voz,
yo susurro,
tu gritas,
yo controlo,
tu reprochas,
yo aprieto las manos,
tu golpeas la silla,
yo me ennervio,
tu vuelvas a gritar,
yo golpeo la pared,
tu me mandas a la mierda,
yo me marcho...


Portazo.

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