La mayoría de las personas están obsesionadas con la luz,
todo luz,
y más luz.

Y no se dan cuenta de que los mejores momentos suceden en la oscuridad.

La luz de la mirada es bonita,
pero en una mirada oscura se ve más claro el reflejo del otro.
La luz del sol da vida,
vale,
¿y la luz de la noche?
la hoguera que formamos en la habitación,
quitándole la luz a las farolas antes.

En la oscuridad podemos ver más claras las estrellas que se esconden cuando el sol es el protagonista,
interpretando ellas el papel secundario,
y el de coro en la obra nocturna de la luna.

En la oscuridad de mis letras hago que salgan a la luz,
para que hagan contraste con los prototipos lumínicos,
para que no se reflejen como las letras de la multitud.

en la oscuridad no vi a nadie,
y le di importancia a la única compañía que tenía:
yo misma.



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