Abril,
tan bonita,
tan triste,
cansada de repartir lluvia sobre corazones de secano,
sobre paraguas que esconden cuerpos que tienen miedo de mojarse,
y al final les salpica en los pies,
borrando el camino del asfalto.

No te preocupes, yo te acompaño,
sigo sin paraguas,
en realidad nunca lo he usado cuando has llegado,
estaba en deuda contigo,
siempre me has salvado de los recuerdos del pasado,
recargando a la tormenta para que siga a mi lado.

Sólo tu entiendes mi existencia,
quemas y alivias,
mojas y secas,
eres la única que en sólo un mes recorres todas las estaciones,
intercalándolas constantemente,
haciendo sentir cada día algo diferente.

Abril,
como siempre,
sin paraguas.

Como siempre,
como yo.

Comentarios

Entradas populares de este blog