Vuelvo a encontrarme capullos en el sendero floral.
Capullos secos que necesitan demasiado rápido el agua y el sol para florecer.
Capullos que se plantaron en otoño, que huyeron y vuelven a aparecer en primavera, a joder.

Capullos melódicos que huyeron con la excusa de que iban a por su madera de árbol caduco, y no vuelven. Desaparecen.

Menos mal que quemé las raíces justo al irse.
Hay capullos que no merecen florecer.
Ni volver al abono donde no quisieron crecer.

Comentarios

Entradas populares de este blog