Tú, 
con tu talento inigualable,
conquistando corazones inocentes a través de tus versos.

Yo,
la mujer de la multitud,
víctima de tus manos.

Quise descubrir lo que se escondía detrás de la fachada del chico de las poesías.
Estaba vacío,
y yo, más vacía aún, quería llenarle.
No se cómo...

Supongo que a través del vacío electrodébil, por ejemplo.

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