Tengo que mentirte,
y decirte que no me duele cada una de tus actualizaciones,
no veo desde aquí nada de lo que haces.

Tengo que confesarte,
que siento en el pecho una presión cada vez que te hablo,
cada vez que te llamo,
y no me respondes.

No se que hacer desde que terminó el juego,
era lo único que me daba sentido,
y el hipotético caso de tenerte aquí conmigo.

Dime que hago yo ahora con todos nuestros recuerdos,
con las fotos,
con los retos.

No se como explicarte que hay que saber leer entre líneas,
no hay que tomárselo todo al pie de la letra,
siempre he sido de indirectas directas,
y nunca coges las buenas.

No puedo explicar el arte a alguien que no lee libros;
no es difícil entenderlo,
pero tú tampoco quieres hacerlo,
al final se coge el camino de la indiferencia,
el que más oprime mi pecho.

Cierra tú la puerta, por favor te lo pido,
yo no me atrevo a hacerlo.

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