Suelo caminar por las tardes por la ciudad,
sin mirar hacia ningún lugar.

Cada vez que paso por la librería que desconocía y entré,
recuerdo cuando te encontré allí,
después de muchos años,
y nos comportamos como desconocidos que se conocían corporalmente bien.

Habíamos cambiado demasiado,
yo había perdido peso, me había crecido el pelo,
y tú...
tu seguías igual de guapo,
te habías cortado el pelo,
seguías teniendo esos ojos oscuros que se contrastaban con los míos.

Rompí la barrera del olvido y volví a recordarnos.
Hablamos de arte,
siempre nos evadíamos del escenario cotidiano,
y dábamos vida a todas nuestras ideas.

Pero el recordatorio duró pocos minutos,
tenias a alguien esperándote en la puerta.

Han vuelto a pasar bastantes años,
y nos hemos vuelto a encontrar,
esta vez nadie nos espera.

Comentarios

Entradas populares de este blog