Soy la atípica chica de los calcetines desparejados,
del corazón inacabado,
del alma agujereada por los gusanos.

La que no encaja en ningún puzzle,
la que no está preparada para que la quieran,
porque hace tiempo que nadie lo hace.
La atípica chica que se acostumbró al vacío y no sabe como llenarse.

La dramática masoquista que se adentra en la oscuridad de su conciencia,
la que nació en el túnel y los trenes no paran a por ella.

Es más de barcos que de trenes,
el capitán saltó por la borda,
dejándola en medio de la tempestad.

Menos mal que a veces la cordura le ayuda a sujetar el timón,
y la locura a soñar con nunca jamás.

Pero siguen siendo malos tiempos para los soñadores.

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