Ojalá pudiera desenredar los nudos de mi conciencia con la misma dureza con la que lo hago con mi pelo.

Ojalá pudiera viajar al pasado a través de los sueños,
volver a ser pequeña, a sentir tus besos tiernos.

Ojalá tuviera la valentía para decirte que no quiero ser la mujer de tu vida,
pero puedo ser la mujer de tus días,
de tus domingos.

No importa si tampoco soy la mujer de tus poesías,
estoy aprendiendo a percibir el arte de las letras.

Yo no quiero ser poeta, la mayoría de mis palabras no riman,
pero siempre han sido mi vía de escape cuando tenía frío, cuando me sentía sola,
para aliviar el dolor de los nudos.

Ojalá tuviera fuerza para cortar por lo insano,
pero si los corto,
perdería mi esencia.

Y eso es lo que nunca voy a poder deshacer de mi vida.

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