INVIERNO
Desde
mi rara perspectiva sobre las cosas, las hojas secas después de la lluvia
vuelven a la vida, intentando seguir en la sombra, para que no se vuelvan a
secar.
Los
pájaros suicidas sobreviven en los cables mojados.
Ya no
hay hojas secas, están congeladas, esperando sobre las ramas verdes, esperando
al viento para caer y ser destruidas de una vez; no aguantan tanta hermosura en
los árboles tan verdes; en las flores, tan llenas de color; y ellas tan rotas,
tan absurdas entre la multitud.
Entre
ellas una, diminuta; verde, marrón y un poco gris.
Ha sido
presa del aglomerado que se usa en las mezclas asfálticas, la lluvia no puede
con ella; está sepultada hasta que se rompa la carretera. Es algo por lo que
tendrá que acostumbrarse, nunca podrá descubrir la tranquilidad, será pisoteada
minuto a minuto por los coches de la ciudad.
Ojalá
tuviera fuerzas para arrancarse a sí misma, pero no hay ninguna solución.
Nadie
se da cuenta de que está ahí, degradándose, pero dejando una parte de ella como
recuerdo en el asfalto.
........................
VERANO
Hoy,
las hojas secas se quedaron en la sombra, no han aguantado el calor, y se han
vuelto frágiles.
Ni en
la sombra han conseguido sobrevivir, y una ráfaga de viento las ha desplazado
hacia el asfalto, junto a la hoja seca atrapada desde hace años.
Pero
por poco tiempo. No han sobrevivido ninguna, ni siquiera la hoja atrapada.
Ha
desaparecido el último trozo que quedaba;
Ya no
queda absolutamente nada.
........................
OTOÑO
Echo de
menos mi hoja seca en el asfalto.
Hoy
podría revivir si cayera alguna gota.
Las
nubes más blancas son las que traen la peor tormenta.
Pero aún
no ha encontrado a otra que se mezcle con ellas.
Habrá
que seguir esperando.
........................
LLUVIA
OTOÑAL
La hoja
seca del asfalto ha revivido con el agua de los charcos.
INVIERNO
Nadie
sabe la historia de la hoja seca sepultada en el asfalto. De dónde provenía.
La hoja
sepultada en el asfalto era uno de los restos que quedaba de la niña marioneta
de madera.
Cada día
que tenía que salir al escenario, no tenía dificultad en interpretar los
papeles que le asignaran, puesto que no tenía sentimientos.
O eso
creían.
Sus
sentimientos se escondían en su pelo, peinados por esqueletos diminutos para
matar a los piojos sentimentales.
Sin que
ellos se dieran cuenta, guardaba sus lágrimas para que, cuando ya no hiciera
falta, se regaría a sí misma, y se convertiría en árbol.
Quería
convertirse en hoja para ser libre, y siempre soñaba con el viento, que la
arrastrara a destinos desconocidos, a ramas desconocidas.
Consiguió
ser la hoja otoñal, pero ya sabéis lo que vino después…
........................
PRIMAVERA
La niña
marioneta nacida de un árbol inerte, consiguió sentir gracias al crecimiento de
su pelo. No se rindió, quiso ser hoja otoñal, y lo consiguió.
A causa
del mal tiempo y mala suerte quedó atrapada en el asfalto, agrietándose, pero
finalmente consiguió sobrevivir por el agua de los charcos.
Viajó a
ramas desconocidas, pero había un lugar al que siempre ha querido posarse, en
el lugar donde nació.
La hoja seca se ha rejuvenecido con el agua del
mar, convirtiéndose en árbol de primavera, esperando a que el tiempo le brote
flores en las ramas.
Comentarios
Publicar un comentario