He tomado tantas dosis de fracaso en un tiempo tan prolongado, que ya no me afecta.

El tiempo me ha enfriado.
Han venido tantos fracasos después,
que ha disminuido la intensidad de sufrimiento del primero;
pero todos dejándome sin sueño.

Como este insomnio, que se prolonga cada día,
dejando mis ojos abiertos,
y este viento que me va clavando astillas.

Soy muy cobarde en casi todo,
pero sigo intentándolo.
Enciendo el fuego para prepararme otra dosis.


Comentarios

Entradas populares de este blog