El problema del tiempo es que vivíamos con el punto muerto en el reloj de arena.

Pasaron los meses,
y éramos tan cobardes que no tuvimos el coraje de levantarlo y echar a volar, a correr,
sin miedo a lo que pasará cuando nos paremos.

Siempre he sido una caminante errante,
sin prisa ni rumbo fijo,
pero se me desgastan los zapatos,
y a veces me canso de ir descalza por tu vida.

Tampoco quiero que compartas tus zapatos,
aún sigo sin saber lo que quiero,
nada busco, nada espero,
nací con la desilusión debajo del brazo,
con un quiero y no puedo,
escarrilando siempre mi tren,
hundiendo el barco en tu isla,
pero no te lanzas al agua en los malos días.

Al final acabo mezclando figuras de estilo,
y no sirve de nada,
sigues sin estar aquí conmigo.

Frases pobres sin ningún sentido.

Comentarios

Entradas populares de este blog